Ghostbusters!

No, no hablaremos de la película, más que nada porque voy a cambiar papeles. Ahora sois vosotros el escuadrón setentero-ochentero-noventero (ay, no recuerdo de qué época es la peli) que se dedicará a cazar fantasmas en nuestra sociedad. No, mentira. Cazaréis fantasmones y sus respectivas fantasmadas, que seguro que alguno conoceréis (o habréis conocido) y sus respectivas perlitas. Para regodeo crapuloso e hipócrita. Porque mentir es feo, hace llorar al niñito Jesús (*cof*Todd Flanders*coff*).

Y empiezo yo:

Entre nosotros hay un conocido, un individuo que apareció por primera vez a mitad de curso hace dos años. Sus pintillas castrenses y aire de superioridad no eran buena señal, y más cuando se presentó con una bolsa de kikos (sí, maíz tostado lol) entre las manos. Los devoraba con desprecio y desgana, y se sentó a nuestro lado en la biblioteca, para, de primeras palabras, decirnos: "Bah, qué caros están aquí los kikos. Yo, en mi pueblo, por 1€ tengo veinte bolsas de estas". Nos miramos unos a otros. Le miramos a él. Vale, a partir de ahora te llamarás "el kiko". Y ya veréis que no fue la única fantasmada que soltó.